Algo sobre la Luz y la oscuridad

En nuestro curioso mundo, la luz y la oscuridad trabajan juntas para pulir al espíritu, formando un equipo antagónico, una unión de opuestos que representa el horno en el que se cocinan las virtudes del ser humano.

La Luz está en la esencia del espíritu, el material del que está hecho, la fuente de amor y sabiduría, paz y tranquilidad. Todos los espíritus están hechos de Luz, por lo tanto, todos los seres humanos encarnados son de Luz, y aspiran a más Luz cuando encarnan en el plano físico.

La oscuridad es la fuerza opuesta. La oscuridad es vacío, nada, nadie, miedo, soledad… Su presencia genera alerta, unión entre espíritus, acercamiento a la Luz.

La Luz es libre y permite libertad. La Luz es paz y da paz, es Amor y ama con su presencia. La Luz es amable siempre, generando dulzura a su alrededor. Es seguridad y confianza. El alma siente que todo va a estar bien, independiente del resultado final.

La oscuridad piensa en ella misma y sólo sus necesidades le importan. La exigencia, el sacrificio y la urgencia son sus características, lo que necesita para satisfacer sus necesidades. Obliga a otros a través de mentiras y manipulación a involucrarse con sus planes, los que a veces son intrincados laberintos en los que los seres humanos se pierden, atrasando así su crecimiento.

La Luz es simple, fácil y tranquila. Cualquier situación tiene el mismo remedio: Amor. La Luz no exige ni necesita nada. Las almas son libres de involucrarse en su causa voluntariamente. Para ello, la Luz no necesita que el ser humano renuncie a lo que ama, o a su felicidad, es más, la Luz quiere su felicidad.

La oscuridad es la fuerza opuesta que le permite generar la fuerza para elevarse por sobre ella, el lastre que le permite desarrollar las habilidades, la musculatura para cargarlo. En su estado natural, el espíritu luego disfruta de la grandeza obtenida, como un fisicoculturista luego de un día de duro trabajo en el gimnasio.

La oscuridad es la falta de luz en el ser humano. Son las áreas del alma (emoción y mente) que el espíritu quiere trabajar las que atraen la energía necesaria para su desarrollo. Si, el ser humano atrae la oscuridad que necesita, porque quiere crecer siempre y más. Atrae a un digno oponente, un buen compañero de baile, alguien con las mismas habilidades que permita el crecimiento. No, no hay que temer a la oscuridad, si no que agradecer su incansable trabajo.

Es el maestro que le muestra lo que falta por hacer, facilitándote el trabajo interior. No es el enemigo, es la proyección de una carencia. El trabajo del alma es observar el dolor, la molestia, la incomodidad, y potenciar el opuesto de aquello que le está mostrando la vida. El foco es en la Luz y su desarrollo. El espíritu aspira a la grandeza.

¿Qué áreas de tu vida te duelen actualmente? ¿A qué habilidades/virtudes crees que corresponden?

Abrazos infinitos en la Luz,

Caro